Asistimos el 19 de mayo a unas elecciones que se diferencian de todas las anteriores desde la caída de Joaquín Balaguer en 1978: no hay polarización, según todas las encuestas sobre preferencias electorales.
Todas las firmas encuestadoras colocan al presidente Luis Abinader con una aprobación de más de 50%, suficiente para ganar las elecciones en primera vuelta. Unas lo sitúan sobre un astronómico 60%: RD Elige, 64%; ACD Media, 61.4%; Markestrategia, 70.3%; Centro Económico del Cibao, 66.5%; Gallup-RCC Media, 60%; ABC Marketing, 64.8% y Panorama, 68,3%. Pero Greenberg-Diario Libre lo halló con 58.3% y Mark Penn con 57%. Solo una firma sin patrocinio conocido publicó en abril pasado una encuesta diferente. Se trata de la Dick Morris, que solo le atribuyó a Abinader un 46.2% de preferencia.
Pero la oposición se afirma en la posibilidad de impedir el triunfo del presidente Abinader y conducir a un escenario de segunda vuelta, pese a que el más cercano competidor, Leonel Fernández, es situado por la mayoría de las empresas de investigación del mercado electoral en una media que no supera el 26 por ciento.
Todas esas encuestas endurecen la extendida percepción de que Abinader no solo está arriba, sino de que gana de un tirón el 19 de mayo, sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta.
Con un panorama tan favorable, Abinader se reafirma en el primer lugar, confirmado por el dato mismo de que el empeño de sus competidores es evitar que no gane en la primera vuelta. De modo que eso confirma el aserto inicial, de que nunca antes, en tiempos de democracia, se había asistido a un proceso electoral sin polarización, lo que no significa que no haya debates, como efectivamente ocurrió de manera formal bajo el patrocinio de los jóvenes empresarios, y permanentemente en las redes sociales, y menos visibles en las calles.
De todas formas, y aunque probablemente resulte una pérdida de tiempo, no está demás hacer un leve ejercicio del potencial de los candidatos, más allá del decir de las encuestas.
Luis Abinader Corona
El país “parece vivir”, por no decirlo categóricamente, “en tiempos de Abinader”. Lo aseguran las encuestas. Y su imagen se robustece con las siguientes fortalezas:
- Es el presidente de la República, y como tal, controla el Poder Ejecutivo, y por extensión de representación perremeísta, el Congreso, donde tiene mayoría. Y obviamente, tiene un alto influjo en el Tribunal Superior Electoral (TSE).
- Recorrió cualquier cantidad de veces el país desde su juramentación el 16 de agosto de 2020 con el propósito de reelegirse. Es decir, su campaña empezó muy temprano.
- Asimismo, afirma su campaña con una enorme contribución mediática de las instituciones del Estado, con la promoción de las acciones de gobierno.
- Las elecciones municipales de febrero elevaron su potencial por los resultados en favor de sus candidatos, al margen de los niveles de abstención y las quejas de compras de votos.
- Su partido, PRM, es otro factor a su favor, que ha mejorado su desempeño desde el poder.
- Ha sido exitoso instrumentalizando los programas sociales del gobierno con fines políticos.
- Conserva una imagen robusta como defensor de la transparencia en la gestión pública, con su discurso del procurador general de la República independiente, que precisamente ha sometido a justica a funcionarios de la administración anterior.
- Su administración no ha sufrido grandes escándalos administrativos, y cuando ha cometido algunas pifias las ha corregido con prontitud.
- Se le ve como un presidente proactivo, con algunas realizaciones, como la línea del metro que se construye en Santo Domingo Oeste, las soluciones viales de Santiago y la terminación del embalse de la presa de Monte Grande en Barahona.
- Es un “patriota consumado” cuando se trata de defender la frontera con Haití, más una ruda política de deportaciones de haitianos.
- Y aún trabaja para ensanchar la alianza política para asegurarse la continuidad en el poder. Es apoyado por 21 organizaciones políticas y otros agentes de la sociedad civil.
Las debilidades de la candidatura de Abinader:
- Ha incumplido decenas de promesas de obras a las comunidades desde la campaña pasada y no reparó en continuar ofreciendo durante sus largos recorridos.
- Pese a la estabilidad macroeconómica, la canasta de consumo básico se ha disparado durante su gestión, y pese a los paliativos de los programas sociales, el acceso a las tres calientes se ha limitado en este período.
- La oferta de empleos decentes sigue siendo una aspiración de cientos de dominicanos.
- Pese a su empeño, no alcanzó el propósito de consolidar las metas de seguridad ciudadana. La violencia es pan nuestro de cada día. Y los asesinatos de civiles señalados como delincuentes por la Policía no han detenido los asaltos y robos violentos en las calles y las viviendas.
De todas formas, Abinader ha sabido navegar, y según las encuestas, la población lo sigue favoreciendo mayoritariamente.
Leonel Fernández Reyna
- Fernández, ex presidente de la República, es super conocido por los dominicanos, y su paso por el poder de entrada le reserva un posicionamiento en la contienda electoral. Precisamente, es su experiencia de Estado su primera y más importante fortaleza.
- Es un consistente expositor que no puede ser desdeñado por ninguno de sus competidores.
- La realización de grandes obras durante sus gestiones son parte esencial de su discurso de recordación y como apuesta para volver al crecimiento económico.
- Domina una propuesta sobre la República del futuro, con énfasis en el establecimiento de las bases para avanzar en el mundo de las transformaciones mediante el uso de las más modernas tecnologías.
- Afirma su campaña en el sentir de la gente, sobre las condiciones de vida y los altos precios de los alimentos. Es el discurso eje de su campaña.
- Según todas las encuestas, ocupa el segundo lugar en las preferencias de los dominicanos con intención de votar.
Las debilidades de Leonel Fernández
- Su posicionamiento en las preferencias ciudadanas es proporcional a su tasa de rechazo.
- Precisamente, la tasa de rechazo es asociada también a su paso por el poder.
- Lidera una organización joven. Si bien su figura es muy conocida, su Partido Fuerza del Pueblo todavía adolece de una estructura fuerte.
- Sus enemigos han sido exitosos presentándolo como permisivo con la corrupción.
- Ha sufrido la fuga de diversos dirigentes hacia el oficialismo.
- La política de aliados no le ha sido tan exitosa como en el pasado.
- Empezó la confrontación con el gobierno demasiado tarde, lo que permitió que su principal contendiente corriera solo.
- El relato sobre el impacto de la alta inflación sobre los pobres no fue oportuno, y empezó a relievarse cuando ya los precios -altos- se habían estabilizado, incluso, tras el período de escasez.
- Su campaña se vio apagada durante un largo período por la evidente falta de recursos económicos.
Abel Martínez Durán
Abel Martínez emergió como candidato presidencial del PLD cuando pocos lo esperaban, y las primarias de esa organización le sirvieron como un lanzamiento que en principio lo colocaron en una posición de fuerza.
Inicialmente, la principal fortaleza de Martínez es el partido, que es una organización madura con raíces en todo el territorio, pero en un muy mal momento, no solo por la división de 2019, sino por la derrota de febrero pasado en las elecciones municipales.
- Pero destacan como fortalezas su exitosa carrera política. Fue fiscal de Santiago, diputado, y como tal, alcanzó la presidencia de la Cámara Baja. Es decir, acumula una experiencia no desdeñable en la administración del Estado.
- De los tres principales candidatos, es el más joven, lo que implica una diferencia.
- Domina una oratoria que resultó evidente durante el debate de los candiditos presidenciales.
- Con una formación profesional que no se empeña en resaltar, porque no se considera un intelectual, sino un gestor de soluciones, es visto como una persona práctica con resultados por su paso por el poder, sin que se le señale hasta ahora ninguna irregularidad en el desempeño.
- Cuenta con una baja tasa de rechazo, pese a su posicionamiento, según las encuestas.
Debilidades de Abel Martínez
- Hereda el mal momento del PLD tras la división y la pérdida del poder, más la persecución de los funcionarios acusados de corrupción. Si bien no le atañe persona personalmente, es una sombra para su sombrilla orgánica.
- El transfuguismo se convierte en uno de los problemas que sufre el PLD, y por extensión su candidatura.
- Solo Danilo Medina resulta visible como expresión de apoyo del partido, pero probablemente, tal apoyo redunde en una debilidad.
- Como candidato joven, probablemente no resulta tan conocido como sus competidores.
- Su relación con las bases del partido y la sociedad podría definirse como un proceso en construcción, lo que se convierte como una debilidad.
- Las encuestas lo sitúan en un lejano tercer lugar en las preferencias de la ciudadanía.
El panorama
Con esas fortalezas y debilidades se presentan los tres principales candidatos para la cita del 19 de mayo, con unos vaticinios tan singulares como los de las encuestas, según los cuales, todas coinciden en la misma dirección, excepto una.
En las perspectivas de las empresas encuestadoras, las urnas no guardan misterio. Sólo habría que esperar las votaciones para conocer lo que todas adelantan, pero serán los ciudadanos quienes al final decidirán.